lunes, 23 de junio de 2014

Hazlo, fóllame.

Sus manos trepando por mis caderas, haciendo prisioneros a mis pechos, que se acoplan al suave tacto de las palmas de su mano. Su boca erosionando contra mi ombligo, su lengua recorriendo  mi abdomen mientras asciende sin prisa hasta mi cuello, sus manos liberaron mis pechos y con una mano sujetaba mi pelo y con la otra buceaba por debajo de mis bragas. Con movimientos suaves iba abriéndose paso por mi humedad, provocando un incendio dentro de mí, esos movimientos cada vez más frenéticos hicieron que sus dedos se introdujeran dentro de mi cuerpo, arrancando tímidos gemidos que su boca me iba robando con cada beso con cada mordisco. Introducía sus dedos para volverlos a sacar, rozándolos sobre mi clítoris, incluso introduciéndomelos en la boca 'Toma, quiero que te bebas' me decía mientras mordía mi oreja y yo lamía sus dedos con restos de mi fuego, restos que luego él recogía con su propia boca mientras me  la comía con deseo 'Exquisita', decía y me guiñaba un ojo.
Me agarró de las muñecas y las colocó por encima de la cabeza, arqueando mi espalda involuntariamente tirando la cabeza hacia atrás, su boca resbaló por la mía y descendía por mi cuello, se detuvo en uno de los pezones, presionándolo con los dientes, abrí las piernas para que se encajara entre ellas, notaba su erección acariciando mi humedad, el muy cabrón se movía haciendo fricción contra mi clítoris mientras sus dientes seguían jugando con mi pezón 'Vas a suplicar que te folle' me dijo mientras me robaba un beso, yo movía mis caderas intentando que su dureza se clavara más en mí,  cuando él empujaba yo intentaba hacer lo propio, necesitaba sentirlo dentro de una vez, cada vez abría más las piernas y arqueaba mi espalda, para sentir como mis labios se abrazaban a su erección en cada movimiento, no podía más, los gemidos se me escapaban solos, algunos incluso sin voz 'Vamos, pídemelo' y se detuvo, lejos de gritarle que me la metiera intenté con un torpe movimiento clavármela yo, no conseguí otra cosa que un azote por su parte y una sonrisa, de esas que provocan terremotos, siendo mi coño el epicentro. 'Hazlo, fóllame' alcancé a decir entre suspiros, y entonces ocurrió lo que menos esperaba, sonó el despertador, y ahí estaba yo, con las pulsaciones revolucionadas, la respiración agitada y el cuerpo sudado. Tardé varios segundos en darme cuenta que todo había sido un sueño, excepto la excitación, esa era real la muy puta, no me quedó otra que masturbarme pensando en él. En todos esos lunares de su pecho, en su sonrisa perfecta, en su mirada intensa, en sus hábiles dedos.

sábado, 21 de junio de 2014

El tiempo pesa.

739 veces ha parpadeado el cursor antes de que pulsara la primera tecla. 
Aquí estoy, encadenando letras, vomitando sentimientos que tal vez nunca leerás, o quien sabe, escribiendo algo de verdad que tratarás de ignorar. 
Tengo un montón de preguntas que nunca obtendrán respuesta, eres el único capaz de responderlas y yo soy incapaz de formulártelas. Me da vergüenza reconocer que te quiero, no por lo que implica, sino por lo que pierdo.

Hace más de un año que el destino te cruzó en mi camino, y puede que aún no haya dejado que el mismo me cruzara en el tuyo, pero es que soy incapaz de romper este muro que nos separa por miedo a que la magia termine,  o lo que es peor a que toda esta magia sea verdad y es que no sabría qué hacer. Me es mucho más cómodo llorar porque no me correspondes que comprobar que existe una reciprocidad. Puede que no al mismo nivel, es obvio que te he idealizado, que con el paso de los días y con el peso del tiempo  yo misma he ido alimentando una historia que no es real, y un sentimiento que puede que no exista, pero temo cruzar la línea de la realidad y comprobar lo imbécil que soy, por querer a alguien que no he tocado, ni olido, ni saboreado. Conozco tu voz, tu físico, tu risa, tus espasmos antes de correrte, tus suspiros, pero.... ¿y si no eres de verdad? 
Si me estás leyendo pensarás 'piensas demasiado' y sí, joder, tienes razón. Debería dejarme llevar, o puede que no, o puede que ya sea tarde, febrero, abril... son meses que me matan, meses en los que desperdicié la oportunidad de poner fin a esta locura, de darle respuesta a todas mis preguntas. Pero el miedo y la inseguridad se apoderan de mí. Menos cuando me corro para ti, entonces cruzaría puentes y derribaría muros. 
Maldita cabeza la mía. Maldito tú. Que pierdo el norte cada vez que apareces, y con un simple 'hola' tiras por tierra cualquier propósito de dejarte ir. Es paradójico que quiera frenar mis dedos, esos que te escriben, que te mienten cuando me preguntas si estoy bien, y que a la vez se me desborde el corazón.


Soy consciente de lo que he escrito, entre otras cosas porque lo he leído veinte veces, y lo he pensado otras tantas, pero creo que confesar abiertamente que estoy perdida en este cruce de caminos y que no sé gestionar bien mis sentimientos es la mejor manera de dar un paso. 
El tiempo dirá si para adelante o hacia atrás.