viernes, 7 de junio de 2013

Lágrimas de fuego.

Son pequeñas, cálidas, casi queman la piel mientras ruedan por mis mejillas , brotan lágrimas de fuego desde lo más adentro de mi incendio. Ardo.
Y él es la fuente que apaga mi fuego, pero está seco, así que me sigo prendiendo.
Me queman las ganas de verle, las ganas de amarle, las ganas de él. De nosotros.
Quiero acariciar su silencio hasta hacerlo mío, hacerlo sonreír, que me hable, me mire y me ame... Su silencio, sus miedos , sus dudas...
Siguen rodando lágrimas de fuego, esperando fundirse con la humedad de sus labios, con la intensidad de sus besos mientras mi alma grita en silencio cuánto le quiero.
Espero que se llene pronto de ganas, de ilusión, de esperanza, de sueños y cruce el puente que estoy construyendo entre su silencio y el mío.
Mientras decide ponerse en pie y caminar hacia mí he decidido amarle en silencio, creando distancia, creando olvidos,  amarle sin palabras, sin deseos, sin aliento.


Mientras tanto seré eso, silencio.



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