miércoles, 30 de abril de 2014

Esperar y otras formas de morir.

Esperar es otra forma de alejarse, dicen. Y cuánta razón, oye,
¿Esperar a qué?
A que nos hagan daño, a que nos quieran, a que nos escriban, a que nos llamen, a que nos silencien, a que nos olviden, al verano, a la medianoche. Nos pasamos la vida esperando. Trenes que no llegan, estaciones que no abren, gente que desaparece, y otra que está llegando. Esperamos no sufrir, no llorar, en definitiva, esperamos para nada. Porque los trenes llegan, puntuales, en nuestra mano está subirse o no, disfrutar del viaje y por supuesto decidir en que parada bajarse, o de lo contrario ver si descarrila el tren o llega a su destino.
La gente llega, y se va, algunos se quedan más tiempo del que pensábamos y otros, desaparecen sin ni siquiera haberse sentado.

Esperamos, pudiendo ir a por lo que queremos. Llama, escribe, habla, silencia, escucha, baila, grita, llora, siente, sueña, ríe, folla, canta, cocina, ama, quiere... ¿Por qué esperar? ¿Miedo? El miedo no te hace libre, ni te evitará sufrir, ni caer, ni llorar.

1 comentario:

  1. Una amiga mí,muy sabia, decía que la gente se piensa que tiene otra vida en la mochila. Igual por eso esperan, para conseguir nada, porque es exactamente lo que tiene esa mochila.
    Muy de acuerdo contigo!!

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